Son muchas las personas que deciden recurrir a la utilización de ramos de flores para decorar cualquier espacio de nuestro hogar que necesite un poco de alegría. Estas pueden proporcionar un toque de color para esa mesa o ese aparador que queda un poco soso o que no resulta interesante. En definitiva, este tipo de recursos se utilizan para hacer que ese espacio interior resulte mucho más agradable a la vista.
Y es que el ser humano necesita estar en contacto con la naturaleza, aunque nos encontremos dentro de nuestro hogar. Por este motivo solemos tener macetas con plantas de distintos tipos para revitalizar las distintas estancias de nuestro hogar, de la misma manera que utilizamos los ramos de flores.
Sin embargo, la utilización de un ramo de flores, aunque es una buena opción y, aunque es capaz transformar un espacio sólo con su presencia, tiene algunas desventajas que debemos tener en cuenta. La principal y más importante de ellas es que no duran para siempre, ya que una vez se cortan las flores tienen un tiempo de vida limitado que puede ir desde un par de días hasta casi un mes si les proporcionamos los cuidados necesarios. La segunda desventaja es la que acabamos de nombrar: que necesitan unos cuidados muy concretos para su mantenimiento en óptimas condiciones durante más tiempo de lo habitual.
Frente a estos inconvenientes, han surgido algunas soluciones como, por ejemplo, la utilización de flores preservadas para decorar el hogar. Después de todo, el sueño de muchas personas es mantener las flores tan perfectas como el primer día durante mucho más tiempo. Por este motivo, en este artículo te vamos a explicar qué son las flores preservadas y cómo se hacen para disfrutar de ellas tanto tiempo.
¿Qué son las flores preservadas?
Las flores preservadas son aquellas que mantienen intactas su belleza y sus características durante más de tres años, aunque, dependiendo de la variedad de que se trate, este tiempo se puede alargar hasta los cinco años.
Es decir, que se tratan de flores naturales que, gracias a un determinado tratamiento y mantenimiento, se pueden preservar para que duren mucho más tiempo de lo habitual. Muchas personas suelen confundirlas con las flores secas, ya que pueden guardar ciertas similitudes. Sin embargo, las preservadas mantienen su textura, color y olor originales mientras que las secas pueden el olor totalmente, además de cambiar su textura y perder gran parte de su colorido.
La manera de obtenerlas también es diferente. De hecho, las flores secas se consiguen al dejar los tallos completamente sin agua. En el caso de la flor preservada, los capilares vegetales se rellenan con glicerina, de manera que las flores mantienen prácticamente intactas sus características originales. Es decir: se sustituye la savia de las mismas por esta sustancia que es capaz de conservarlas durante mucho más tiempo de lo habitual. Si quieres saber cómo puedes preservar un ramo de flores, sigue leyendo para encontrar las respuestas.
Las flores preservadas ¿cómo se hacen?
Para preservar las flores debes utilizar un método que comienza con la cosecha de las propias flores. Estas se deberán de recoger en su máximo esplendor para garantizar que sean lo más bellas posibles que dispongan de una gran calidad. Una vez recogidas deben tratarse con el mayor cuidado que se pueda para evitar que sufran ningún daño. A continuación, te vamos a mostrar cómo preservar las flores con glicerina.
En este proceso, los tallos se deben de cortar de manera adecuada y las flores deben ir en el interior de una cámara estabilizadora que disponga de las condiciones óptimas de humedad, iluminación y temperatura. En este punto, para saber cómo preservar las flores, debes saber que se realiza, lentamente, un proceso de deshidratación.
Posteriormente, las flores cortadas se deben colocar dentro de unos recipientes especiales que contienen una solución a base de glicerina, agua, estabilizantes y colorantes. En este momento se inicia el proceso de preservación, que se lleva a cabo en distintas etapas.
Gracias a ello, la savia se va sustituyendo por la glicerina hasta que las flores adquieren una estabilidad adecuada. Cuando termina el tratamiento, las flores se deben lavar y secar durante días manteniendo unos niveles de temperatura y humedad adecuados de manera constante.
Una vez terminada la preservación, se debe analizar una por una las flores y seleccionar aquellas que lleguen a un mínimo de calidad, descartando las que tengan algún defecto. De la misma manera, se deben eliminar aquellas flores con hojas o pétalos dañados. De esta manera, ya se pueden armar ramos de flores para ponerlos a la venta.
¿Cuánto duran las flores preservadas?
Como hemos comentado anteriormente, gracias al proceso de preservación de las flores utilizando glicerina, la vida útil de las mismas pasa de unas pocas semanas hasta los tres o cinco años. Esto supone una ventaja, ya que podrás disfrutar de su uso y de su capacidad decorativa durante mucho más tiempo de lo habitual. Sin embargo, también es cierto que requieren de cierto tipo de mantenimiento para que su duración sea todavía mayor.
¿Cómo mantener unas flores naturales preservadas?
Ahora que sabes qué son las flores preservadas, cómo se elaboran y su duración, vamos a darte algunos consejos acerca de cómo se les puede proporcionar un mantenimiento adecuado para alargar la vida útil de las mismas. Esto se debe a que, aunque dispongan del tratamiento de preservación, son sensibles a determinadas condiciones climáticas, en cuanto a la temperatura y la humedad.
Evita la luz del sol directa
Para alargar la vida útil de las flores preservadas debes evitar que la luz del sol incida de manera directa sobre el ramo. Recuerda que las flores ya no están vivas y que su savia se ha sustituido por glicerina en el interior de los tallos de las mismas. Por este motivo, las flores no absorben la luz del sol para generar su propio alimento y se pueden quemar con mucha facilidad.
Evita colocarlas en lugares demasiado húmedos
La humedad es muy perjudicial para las flores preservadas, ya que puede hacer que se pudran fácilmente. Por este motivo, conviene buscar lugares secos en los que no existan corrientes de aire ni fuentes de calor cerca. Tampoco trates de ponerlas en jarrones con agua, ya que se pueden pudrir con mucha facilidad.
Elimina el polvo de sus hojas y pétalos
Al situarlas en un espacio interior, es fácil que vayan acumulando polvo y suciedad con el paso del tiempo. Aunque estas plantas no están vivas y ya no necesitan hacer la fotosíntesis, es probable que el polvo termine dañando sus estructuras. Por este motivo, es recomendable limpiarlas con un plumero o un paño suave en seco. No debes humedecer el trapo, ya que, como hemos comentado, la humedad es contraproducente en estos casos.
Debes manipularlas con cuidado
Este es uno de los principales cuidados que debes tener en cuenta, ya que este tipo de flores, al carecer de savia, no son nada flexibles. Esto hace que sean muy sensibles ante los golpes o los aplastamientos, ya que se romperán con mucha facilidad. En definitiva, si tienes en cuenta estos consejos es muy probable que la vida de tus flores naturales preservadas sea más larga de lo habitual.