Los lirios son una fascinante planta que, gracias a su belleza, ha fascinado desde siempre a muchas personas amantes del mundo de la jardinería y de la botánica. Se trata de un género de plantas bulbosas monocotiledóneas que pertenece a la familia de las Liliáceas (Liliaceae) y cuyo nombre científico es Lilium. Existen diferentes especies de lirios, cada una con una apariencia determinada y con características bastante diferenciadas, pese a que mantienen ciertos rasgos en común.

Los lirios son plantas perennes que suelen crecer entre 50 y los 90 cm de altura. Posee unas hojas que son de gran tamaño, pero estrechas y muy alargadas, aunque se pueden observar algunas variaciones de una especie a otra. Estas suelen medir entre unos 8 o 20 cm de largo por 4 o 8 cm de ancho. Sus flores son grandes, con forma de estrella, suelen medir entre 5 y 10 cm. Son la parte más llamativa de este tipo de plantas.

Pueden encontrarse en una gran variedad de tonos, dependiendo de la variedad de lirio que se trate. Es decir, podemos encontrarlas desde el color blanco al amarillo, pasando por el anaranjado y el púrpura. En cuanto a la forma de sus flores, estas se caracterizan por contar con pétalos que se curvan ligeramente hacia el exterior y por tener las anteras de colores bastante contrastados con respecto al de los pétalos.

En cuanto a su origen, podemos decir que este tipo de plantas son habituales en Europa, Asia y Norteamérica. Una de las razones por las que los lirios son tan populares entre las personas que se interesan por la jardinería es porque es una especie vegetal fácil de cultivar y porque mantiene un buen aspecto durante la mayor parte del año. De la misma manera, gracias a su colorido, puede combinar perfectamente con otras plantas de jardín y sirve para hacer ramos de flores vistosos para todo tipo de ocasiones.

¿Cómo cuidar los lirios?

Para hablar de los cuidados del lirio, podemos empezar dando algunos datos en cuanto a su ubicación y cantidad de luz que requieren. En este sentido, debes saber que este tipo de plantas necesitan bastante luz para florecer y crecer fuertes y sanas. Es decir, que los lirios deben estar expuestos a la luz solar directa durante bastantes horas a lo largo del día para favorecer su desarrollo y floración. Por este motivo, lo mejor es elegir un lugar que cuente con la suficiente exposición a la luz del sol o en una zona de semisombra.

En cuanto al suelo, podemos decir que es igualmente importante para que estas plantas disfruten de un buen crecimiento y desarrollo. De esta manera, hay que aclarar que los lirios crecen mejor en suelos húmedos, fértiles y bien drenados. El sustrato, por lo tanto, debe tener un buen contenido de materia orgánica para fortalecer las raíces y para facilitar la absorción de los nutrientes necesarios para el desarrollo de la planta. En cuanto al pH del suelo también debe ser lo más equilibrado posible.

De esta forma, es mejor plantar tus lirios en una ubicación donde reciba la luz del sol de manera parcial desde la mañana hasta la tarde y con un suelo bien drenado y fértil. Puedes hacerlo en el terreno de tu jardín, si dispones del espacio necesario, pero si no, también puedes plantarlos en una maceta e incluso puedes mantenerlos en el interior de tu hogar teniendo en cuenta que deben recibir la cantidad necesaria de luz que requiere para su correcto desarrollo. Por este motivo, si te preguntas sobre el cuidado del lirio, ahora sabes que lo puedes plantar en el exterior y en el interior de tu hogar.

¿Los lirios son de sol o de sombra?

Los lirios son plantas versátiles que pueden prosperar con facilidad tanto en condiciones de sombra como expuestos a la luz del sol de forma directa. En este sentido hay que aclarar que a los lirios les gusta mucho la luz y el sol, pero es cierto que se desarrollan mejor en condiciones de semisombra, como hemos comentado antes.

Es decir, para el correcto desarrollo, estas plantas necesitan vivir en terrenos en los que estén expuestos a la suficiente cantidad de luz para crecer, pero donde el suelo se mantenga lo bastante húmedo. Si las mismas están ubicadas en zonas donde existe demasiada sombra, es posible que sus raíces sufran los efectos del exceso de humedad y la planta puede enfermar. Esto es importante tenerlo en cuenta en invierno, donde las temperaturas son más bajas y hay menos horas de luz solar.

Sin embargo, si se exponen a la luz del sol de forma directa durante todo el día, el terreno se puede secar en exceso también puede sufrir los efectos de la sequía. Esto hay que tenerlo en cuenta durante la temporada estival, ya que las temperaturas son elevadas y hay demasiadas horas de luz al día. A pesar de ello, en general, hay que decir que los lirios son una especie vegetal que se adapta bien tanto a entornos con mucha luz como a aquellos que quedan en semisombra.

Ahora bien, hay que decir que la cantidad de luz requerida, puede variar entre las diferentes especies, al igual que la resistencia al frío. En este sentido, debes tenerlo en cuenta a la hora de elegir un lugar para su cultivo, ya que la ubicación correcta de los lirios favorece el crecimiento de la planta y la floración.

¿Cómo regar los lirios?

Entre los cuidados del lirio, podemos decir que no necesitan un riego de forma intensa. Recuerda que hemos comentado que necesitan que el sustrato esté ligeramente húmedo, pero no encharcado. Ahora bien, a lo largo del año se producen variaciones bastante extremas de temperatura, especialmente entre el verano y el invierno.

De esta manera, durante la temporada estival, lo mejor es regarlos entre 3 y 4 veces por semana procurando que el sustrato siempre mantenga un cierto nivel de humedad, pero sin excederte. Es decir, si ves que el terreno empieza a secarse demasiado, es el momento de volver a hidratarlo.

Durante el invierno no es necesario regarlas con tanta frecuencia, sino que es suficiente con hacerlo una vez por semana, dos si es necesario. Sigue el mismo consejo que te hemos dado para el verano: riega la planta cuando veas que el sustrato se encuentra casi seco, pero sin excederte.

Recuerda que el exceso de humedad y los encharcamientos perjudican seriamente la salud de la planta y que en época invernal las temperaturas son más bajas y hay menos horas de sol, por lo que el sustrato tardará más tiempo en secarse.

¿Cómo cuidar los lirios en una maceta?

Hasta ahora nos hemos centrado en el cuidado del lirio plantado en el suelo del jardín. Sin embargo, cuando plantas este tipo de vegetales en una maceta y, a su vez, pones esta en tu balcón, en tu terraza o en el interior de tu hogar, los cuidados que debes proporcionarle para su correcto desarrollo son diferentes.

En este sentido, te diremos que lo mejor es posicionar la maceta en una zona donde, preferiblemente exista una temperatura de entre 15ºC y 20ºC. Asimismo, si tienes la posibilidad, deberías posicionar la planta frente a la ventana para que pueda absorber la cantidad de luz que necesita para desarrollarse.

Al igual que hemos comentado antes, debes mantener el suelo de la maceta húmedo, pero no en exceso. Debes asegurarte de que la maceta dispone de un correcto sistema de drenaje para proteger las raíces y evitar su deterioro. En este sentido, siguiendo el consejo de los expertos, debes regarlos, preferiblemente, usando agua de lluvia o con bajo contenido en cal.

En definitiva, en este artículo hemos hablado de los cuidados del lirio para que crezca fuerte y pueda producir flores grandes y abundantes durante la temporada de primavera y todo el verano. Ahora bien, al margen de lo que hemos explicado, también debes tener en cuenta que, al menos una vez al año debes podar y retirar las hojas y tallos que se encuentren deteriorados para favorecer su crecimiento y para darle una forma más estética. Del mismo modo, también debes estar atento o atenta a las posibles plagas que puede sufrir. Siguiendo estos consejos, sabrás cómo cuidar los lirios en maceta o en jardín, en el interior o en el exterior del hogar.