Las flores frescas desprenden una belleza excepcional. A través de ellas podemos sentir el reflejo de las creaciones más maravillosas de la tierra. Sus diferentes texturas, aromas y colores llenan nuestros hogares de vida y alegría. La belleza de la flor es directamente proporcional a su delicadeza, una vez cortadas estas tienen un tiempo de vida reducido. Para alargar su duración es importante aplicar unas técnicas de conservación especiales que permiten conservarlas por más tiempo.

Con el fin de disfrutar de las características de las flores por más tiempo, y evitar que se marchite antes de hora, vamos a darte las claves que necesitarás para saber cómo preservar tus flores, sea cual sea su variedad.

Cómo conservar tus flores, según nuestra experiencia

Aunque cada variedad cuenta con unas características determinadas, en realidad hay prácticas y costumbres beneficiosas para la conservación de todas las flores cuando se encuentran en su momento de máxima madurez, cuando su aroma es más intenso y sus pétalos tersos presentan un nivel de firmeza excelente.

Para la persona que recibe las flores en una ocasión especial, es importante saber qué debe hacer para conservarlo. Si has sido tú el afortunado o la afortunada, te damos la enhorabuena, porque quiere decir que eres importante para alguien especial

Con estos consejos, podrás conservar las flores como toca por más tiempo y gozar de su estética y su aroma:

  • Solo agua fría. Mantener las flores hidratadas es esencial, como lo es para cualquier otro ejemplar vegetal y ser vivo de cualquier especie, pero las flores son especialmente sensibles al agua que reciben. Es muy importante que sus tallos se pongan dentro de un jarrón con agua con la mayor brevedad posible, ya que cada hora que pasan sin hidratarse su vida se acorta con rapidez, incluso llegando a marchitarse si pasan varias horas sin agua. Lo más recomendable es que utilices agua fría para mantenerlas hidratadas. El jarrón tiene que llenarse de agua hasta la altura del ramo donde los tallos están atados, para asegurarnos que incluso los tallos más cortos lleguen al agua y se hidraten. Siempre es mejor elegir agua fría para nuestras flores, ya que ralentiza el proceso de apertura y garantiza una mayor durabilidad.  
  • Cambiar el agua todos los días. Las flores son seres vivos y estas necesitan una calidad de agua pura y limpia, por lo que es importante cambiar el agua de tu ramo de flores todos los días. Si los tallos tienen hojas, estas no se deben mantener dentro del agua. Es importante eliminar aquellas que por su altura queden dentro del agua. Esto evitara la pudrición de las hojas dentro del agua con la consiguiente aparición de las bacterias que dañan las flores. 
  • Cortar las puntas inferiores. Se deben cortar las puntas inferiores de los tallos (1 cm): El corte debe hacerse en forma angulada para asegurar una mayor asimilación de los nutrientes por el tallo. Si repites esta operación cada 2 o 3 días garantizaras que la flor siga hidratada durante mas tiempo. Ya que los cortes cicatrizan con el tiempo y dificultan la asimilación de agua y nutrientes, especialmente si estas han estado sin agua más de 1 hora.
  • Cuidado con el calor. Las altas temperaturas no se llevan bien con ninguna flor. La temperatura ideal para las flores es de 8 a 10 grados, esto es imposible de conseguir en muchas estaciones del año. No obstante, con tenerlas en un lugar fresco, evitar la luz solar directa y mantenerlas lejos de la calefacción será suficiente para disfrutar de ellas durante muchos días. 
  • Si puedes evitar el aire, mejor. Una cosa que deberías evitar a toda costa es exponer las flores a corrientes de aire. El más leve flujo de aire puede debilitar la integridad de los pétalos e incluso marchitarlas, por lo que siempre es mejor dejarlas en un lugar no expuesto al viento, corrientes de aire o delante del aire acondicionado.

¿Los remedios caseros con químicos funcionan para conservar las flores?

Aunque algunas sustancias sí pueden ser beneficiosas para ayudar a las flores a mantenerse nutridas e hidratadas más tiempo, es conveniente informarse bien, para saber a ciencia cierta si de verdad puede ser una ayuda o si existen contraindicaciones que haga que su uso deba ser reconsiderado.

Por ejemplo, el vinagre es un antiséptico extraordinario, pero puede poner en riesgo el estado de la flor y fomentar su deterioro en dosis inadecuadas.

Mucho se ha hablado también del azúcar o la soda. Su uso se debe precisamente al azúcar que contiene esta bebida, que ayuda a la apertura de la flor, cosa que desaconsejamos si el objetivo es que abran poco a poco y duren más tiempo. Como siempre ocurre con los líquidos al margen del agua, en dosis imprecisas puede ser un perjuicio importante de cara a ayudar a las flores a mantenerse en un estado óptimo por más tiempo.

En cuanto al alcohol, si bien es un elemento que puede aparecer en algunas listas sobre la conservación de las flores, hay que tener mucho cuidado con este método, principalmente se utiliza para evitar la putrefacción o la aparición de bacterias en el agua, pero esto se puede conseguir simplemente cambiando el agua diariamente y quitando las hojas que quedan sumergidas como hemos mencionado anteriormente. El etileno es un agente que si no se usa en una dosis adecuada estropearan nuestras flores rápidamente; de hecho, fomentan su deterioro, por lo que en ninguna de sus formas tiene que entrar en contacto con ninguna de las partes de las flores que quieras conservar.

Por lo que respecta a los elementos que sí pueden ser usados, tener bajo control las dosis es algo esencial. Ya que las flores solamente necesitan agua para mantenerse vivas. Si tienes dudas o no tienes la certeza de usar las dosis adecuadas, lo mejor es que utilices nutrientes ya preparados en sobres y los administres siguiendo las indicaciones al pie de la letra. Utilizando las técnicas y los consejos mencionados anteriormente tus flores tendrán una duración optima, evitando los riesgos de los químicos y azúcares.