Los girasoles son una de las plantas más conocidas de la familia de las asteraceae, junto con las margaritas. Sin lugar a dudas, son una de las plantas más positivas que existen en el reino vegetal, ya que se utilizan como símbolo del sol y para representar valores como el amor, la admiración, la vitalidad, la felicidad y la energía.

Este tipo de plantas traen buenas vibraciones al hogar, por lo que son muchas las personas que deciden plantarlas en su jardín e incluso han sido ampliamente representadas a lo largo de la historia del arte. Un claro ejemplo, es la obra impresionista de “Los Girasoles” de Vincent Van Gogh.

En cuanto a las características generales, este tipo de plantas son conocidas por su gran tamaño y por sus flores de color amarillo brillante. Estas plantas constan de un tallo recto y grueso que cuenta con unas hojas anchas, ovaladas y opuestas entre ellas, además de estar recubiertas por una especie de pelillos. En campo abierto y con el espacio suficiente para crecer, los girasoles pueden llegar a crecer hasta unos tres metros de altura, aunque lo normal es que sean más pequeños. Del mismo modo, las flores y los pétalos pueden ser de mayor o menor tamaño, de acuerdo con el tamaño de la propia planta.

Los girasoles también tienen una vida útil de hasta tres o cuatro meses, desde que las semillas germinan hasta el momento de la cosecha. Son un tipo de plantas que presentan la característica de ser muy resistentes al sol. Esto las convierte en las plantas estrella del verano. Precisamente una de sus características principales es que sus flores siguen la luz del sol a lo largo del día, lo que, sin lugar a dudas, les ha dado el nombre que reciben actualmente.

¿Cómo cuidar un girasol en una maceta?

Antes hemos comentado que los girasoles necesitan crecer en una zona donde tengan la suficiente cantidad de terreno para poder desarrollarse por completo y alcanzar su máximo tamaño, en torno a unos 3 metros de altura. Además, son plantas que también necesitan una cantidad de aporte de luz del sol diaria para poder desarrollarse como es debido.

Por este motivo, existen muchas personas que piensan que este tipo de plantas no se pueden cuidar en una maceta en el interior del hogar. Sin embargo, aunque parezca extraño, es posible hacerlo. Ahora bien, debes tener en cuenta algunas cuestiones para que el girasol se desarrolle de la mejor manera posible. Por ello, es recomendable prestar atención a los cuidados de un girasol.

Son plantas que necesitan grandes cantidades de luz solar

De este modo, te diremos que, para saber cómo cuidar un girasol en una maceta, lo principal es que encuentres un lugar muy soleado para ubicarlo. Si lo plantas en tu jardín o en tu terraza, debes encontrar una zona donde no le de la sombra durante el día. Asimismo, si lo decides plantar en el interior de tu hogar, es preferible que lo sitúes en una zona donde le de directamente la luz del sol, preferentemente, frente a una ventana. En este sentido, los girasoles necesitan recibir los rayos solares durante, al menos unas 6 horas al día para poder desarrollarse correctamente.

Crecen bien en climas cálidos y durante los meses de verano

Como hemos comentado, los girasoles son plantas de verano, por lo que suelen crecer bien en climas cálidos y durante los meses más calurosos del año, aunque estas plantas también toleran los climas templados y ligeramente fríos. Eso sí, en absoluto soportan las heladas, por lo que debes tenerlo en cuenta.

Necesitan una maceta alta con sustrato húmedo y con buen drenaje

En cuanto al sustrato, debes tener en cuenta, para los cuidados del girasol, que estas plantas necesitan extender sus numerosas raíces por el terreno, por lo que es necesario que realices la plantación en macetas bastante altas para que puedan tener el espacio suficiente para crecer. Asimismo, aunque necesitan que el sustrato se mantenga ligeramente húmedo, la maceta también debe disponer de un buen sistema drenaje para evitar encharcamientos, lo que podría pudrir las raíces fácilmente.

¿Cómo plantar girasoles en una maceta?

Para poder disfrutar de una estupenda floración de los girasoles en época estival y a principios del otoño, te recomendamos plantar varias semillas en semilleros con una mezcla de turba, hummus de lombriz y fibra de coco. Entre 10 y 20 días después, puedes trasplantarlas desde el semillero hasta una maceta alta a finales de la temporada de invierno, siempre que la temperatura ambiente sea superior a los 4ºC. 

Debes mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no demasiado, ya que, como hemos comentado antes, son plantas que soportan bien los climas secos y no toleran bien el exceso de humedad. Si todo va bien, a mediados de primavera, verás los primeros brotes y florecerá durante la temporada de verano.

Ahora bien, es necesario que te asegures de que el lugar en que las vas a plantar va a ser el definitivo, ya que estas plantas, una vez crecen, no toleran bien los trasplantes, y hay muchas posibilidades de que no sobrevivan a ello.

¿Cuánto tarda en crecer un girasol en maceta?

Si te preguntas cómo germinar girasoles en macetas, te diremos que plantas de crecimiento bastante rápido, que tardan en alcanzar su máximo estado de madurez y su mayor tamaño en tan sólo 3 o 4 meses, contando desde el momento en que la semilla germina. Por ello, si plantas las semillas a comienzos del mes de marzo, puedes disfrutar de su espectacular floración entre los meses de junio y julio. De esta manera, pocos meses después, podrás recoger las semillas para volver a plantarlas a finales de la siguiente temporada de invierno.

¿Cuánto dura un girasol en una maceta?

En una maceta y si reciben los cuidados necesarios, los girasoles deberían durar lo mismo que plantados en el campo, al aire libre. Por ello, desde que germina la semilla hasta que la planta empieza a marchitarse suelen pasar entre 3 y 4 meses, por lo que, como mucho, entre agosto y comienzos de octubre terminaría la temporada de girasoles, es decir, desde el verano hasta el comienzo del otoño. A partir de determinado momento, comienzan a producir las semillas, que debes recoger para poder plantarlas de nuevo de cara al año siguiente.